Si amas a tu perrito, seguro te has preguntado qué tan buena es la comida que le estás dando. Y la verdad es que muchos alimentos comerciales esconden ingredientes que ni tú entenderías si leyeras la etiqueta. Por eso hoy te contamos qué sí y qué no deberías ver en su plato.
Ingredientes que SÍ quieres ver en su comida
1. Carnes magras y reales
Carne de res, pollo, cerdo o pavo cocidos, sin huesos y sin aditivos. Son una excelente fuente de proteínas de alta calidad.
2. Verduras frescas
Zanahoria, brócoli, espinaca, arveja verde o batata. Aportan fibra, antioxidantes y vitaminas clave para su bienestar.
3. Frutas naturales (en cantidades pequeñas)
Arándanos, mora, manzana o papaya. Son ricas en antioxidantes, pero siempre deben ser administradas con moderación.
4. Fuentes de grasas saludables
Como el aceite de oliva o de canola. Ayudan a mantener una piel sana y un pelaje brillante.
5. Ingredientes que puedes pronunciar
Si entiendes lo que estás leyendo, es buena señal. En Balú usamos ingredientes como lenteja, linaza o tomate, que podrías encontrar en tu nevera.
Ingredientes que NO deberían estar ahí (nunca)
1. Subproductos cárnicos
Como “harina de vísceras”, “proteína animal hidrolizada” o “derivados cárnicos”. Son restos que no se usarían en comida humana y no aportan buena calidad nutricional.
2. Colorantes y saborizantes artificiales
No tienen ningún beneficio. Solo se usan para hacer que el alimento “huela más rico” o se vea más “bonito”. Los perros no lo necesitan.
3. Conservantes químicos
Como BHA, BHT o etoxiquina. Están ligados a problemas de salud a largo plazo.
4. Azúcar, jarabe de maíz o melaza
No deberían estar en su dieta bajo ninguna circunstancia. Aumentan el riesgo de obesidad, diabetes y problemas dentales.
5. Ingredientes que suenan a experimento
Si el nombre parece salido de un laboratorio, probablemente no debería estar en su plato. La regla es simple: si tú no lo comerías, él tampoco debería.
¿Y qué pasa con los “ingredientes misteriosos”?
Muchas veces los empaques de concentrado dicen cosas como “harina de carne” o “grasa animal”, sin especificar de qué animal vienen. Eso no es transparencia, y no debería ser parte de su dieta.
Conclusión
La alimentación de tu perro no debería ser un misterio. Entre más real, natural y comprensible sea la lista de ingredientes, mejor será para su salud, energía y longevidad.
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